El abastecimiento de piezas e insumos importados pone en jaque a las industrias. Uno de los sectores más afectados es el automotor, que el año pasado sufrió interrupciones constantes de producción. Lejos de revertirse, la situación en General Motors sigue igual. Según se informó, postergará el reinicio de la actividad debido a las dificultades de pagos a proveedores del exterior.
La automotriz radicada en territorio santafesino tenía previsto retomar la actividad a partir del lunes 29 de este mes. Había entrado en vacaciones a fin de año. Sin embargo, la vuelta a la producción será retrasada por este motivo y aún no hay una nueva fecha de regreso.
Si el plazo fuese por una semana, la solución laboral se canalizaría por el adelanto del período de vacaciones de invierno y se acordaría con los trabajadores. En cambio, por un tiempo mayor, se tendría que entrar en un esquema de suspensiones. El diario Ámbito confió que la empresa está negociando con el gremio de SMATA, pero que por el momento no hay acuerdo.
En la planta de General Motors se produce, desde ahora, un único modelo: el SUV Tracker. Hasta fin de año se fabricaba también el Cruze, pero se discontinuó por el fin de vida del modelo.
El secretario general de la delegación Rosario del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), Marcelo Barros, advirtió la situación hace algunas semanas. “El problema es el futuro. La gente por ahora está conforme porque cobra el sueldo, pero no sabemos qué sucederá a partir del lunes. El tema está complicado. Hay empresas que trabajan adentro de General Motor y hubo casos en que no se renovaron contratos. Son bajas de personal que si se suman son bastante”, había señalado en su momento el dirigente