Por la fecha 7 de la Copa de la Liga Profesional, Rosario Central se impuso en el Coloso ante Newell’s por 1 a 0 con un gran gol de Ignacio Malcorra y estiró su ventaja en el historial ante su clásico rival. Así, el clásico rosarino tuvo un nuevo capítulo de delirio en Arroyito.
Puede decirse que Central jugó un partido inteligente y el cerebro de ese plan fue el “10” Canalla. No solo por el gol, sino porque jugó con el ánimo del partido y del público rival. Desde el primer minuto, Malcorra jugó un partido especial. Lo habló más de lo que lo jugó. Pero le sirvió.
El primer tiempo comenzó con la tensión y la dinámica de un partido que prometía mucho, pero se fue deshilachando a medida que pasaron los minutos. Las discusiones, los empujones, las bravuconadas se hicieron presentes en el Coloso y ya no se jugó.
Cuando quisieron hacerlo, Pancho González mantuvo preocupado a Damián Martínez, tanto que generó las más claras del partido. Y hasta gritó el primero tras una gran atajada de Broun. Sin embargo, su grito quedó atragantado por el banderín en alto del juez de línea.
Desde la izquierda, Newell’s asomaba más peligroso, Panchito tuvo otro remate que complicó a Broun y cuando cambiaron de sector, Brian Aguirre pudo con Damián Martínez, algo que no sucedió cuando encaró en la derecha a Sández. El ex Boca cerró con candados su sector. Solo llegó González a su espalda para complicar a Broun, que siempre resolvió bien.
Por el lado de Central, Malcorra le puso pimienta al primer tiempo cada vez que fue a patear un córner. Y poco más. Un centro cruzado de Mallo que no llegó nadie a empujarla fue lo más claro.
La Lepra fue apenas un poquito más, medido apenas porque Fatu Broun fue el que más trabajo tuvo.
En el segundo tiempo, la historia no cambió demasiado. Solo que Russo corrigió donde debía. Coronel por Damián Martínez acomodó el fondo y a la Lepra se le hizo cada minuto más difícil.
La historia se terminó de quebrar con el golazo de Malcorra. Una de las pocas veces en las que el Canalla hilvanó buenos pases en campo rival, dejó a su “10” abierto y sin oposición.
Desde el gol hasta el final, Central volvió a jugar el partido que planificó: el del debate, la pelea y el del beneficio del paso del tiempo.
Newell’s contó con alguna chance, pero Fatu Broun decidió que estaría en el segundo (o tal vez el primer) escalón del podio y cerró su arco.
Central desató su festejo, tal vez, doble. No solo ganó el partido que quería ganar, sino que su plan salió a la perfección. La alegría está en Arroyito, una vez más.