En Newell’s todos los esfuerzos se están enfocando en tratar de enterrar lo más rápido posible la serie de tres caídas con la que encarará el duelo del domingo ante San Lorenzo, por la 8ª fecha de la Copa de la Liga, otra vez en condición de local, otra vez frente a su gente. El entrenador Mauricio Larriera y sus colaboradores están apuntando las principales tareas en el predio de Bella Vista en tratar de cambiar el ánimo tras el tremendo porrazo que significó el traspié con Central. Y en ese marco de inquietud se están desarrollando las prácticas rojinegras.

Este complicado desafío transita incluso por encima de lo fútbolístico, y los análisis que se están realizando en el búnker leproso persiguen una clara intención rectora: tratar de frenar la curva de deterioro y encontrar un gesto confiable de reacción. Que muestre el camino y devuelva la confianza perdida.

Que le haga recordar a este Newell’s lo que fue hasta hace muy poco, cuando arrancó esta competencia levantando elogios (adentro y afuera) y generando expectativas. Hilvanando cuatro éxitos al hilo y haciendo gala de una practicidad y una contundencia que necesita recuperar para poder creer en una respuesta posible, que comprometa a todos en la cruzada.

El conjunto rojinegro precisa fortalecer conceptos y sumar convencimiento y herramientas para poder recorrer el segundo tramo de la fase de grupos de la Copa de la Liga con chances reales, retomando el rol de protagonista que esbozó en los primeros pasos de esta temporada.

En este tipo de certamen de corta duración, donde todo se mezcla en un peligroso lodo de chatura general, la mayoría guarda chances de poder clasificar a la siguiente instancia hasta el final. Incluso, a veces se otorgan posibilidades sin reparar demasiado en los merecimientos ni en las maneras de arribo a la contienda principal.

Si no, basta pegarle un vistazo y recordar la anterior edición de la Copa de la Liga, donde se disputaron las plazas de clasificación hasta la última jornada. Ese amplio y generoso abanico de oportunidades que representa este torneo debe servir como motor de motivación para el elenco rojinegro.

En ese irónico pantano donde a todos les cuesta despegarse del resto, donde todo se empareja sin demasiadas explicaciones, donde se enmarañan avances y retrocesos, los dirigidos por Larrriera están en condiciones de seguir creyendo en esta idea de dar pelea hasta donde se pueda, hasta donde dé la máquina.

A tiempo de todo

Este Newell’s está a tiempo de todo. Y esa tiene que ser la coordenada que permita volver a centrarse en sus necesidades básicas y en tratar de recuperar la eficacia y la sed de triunfo que fue perdiendo sin darse cuenta.

Saber que todavía no es demasiado tarde debe ser su mejor estímulo, tiene que ser el guiño de atracción que señale el camino y que reactive una marcha que encontró obstáculos de manera inesperada.

Este equipo, por fallas propias, dilapidó un inicio de película y entró en fase de confusión e incertidumbre. Y hallar la puerta de salida a este encierro será una obligación para los próximos compromisos.

Por eso, los partidos de estedomingo, a las 21.30, frente al ciclón en el Coloso del Parque, y el choque del jueves, a las 21.15, ante Tigre, también en el estadio Marcelo Bielsa, asoman como importantes posibilidades que brindan los caprichos del fixture, de manera consecutiva, frente a sus simpatizantes.

Queda claro que esta versión de Newell’s necesita un gesto contundente. Precisa ponerle un punto final a la enrarecida seguidilla de traspiés para recobrar bríos, levantar la cabeza y volver a meterse en la conversación importante. Y espantar los nubarrones a tiempo.

El plantel rojinegro busca juntar filas, sin apurar el paso, ni desviar mensajes ni miradas, para poder cicatrizar heridas tras la derrota en el clásico. Los efectos de ese incómodo traspié todavía se siguen sintiendo en Bella Vista, y por eso surcan tiempos de análisis, de autocríticas, de búsquedas y de tratar de encontrar un mojón tangible de motivación para la tropa.

En ese sentido, de cara al encuentro del domingo, a las 21.30, frente a San Lorenzo, en el parque Independencia, por la 8ª jornada de la Copa de la Liga, el cuerpo técnico encabezado por Mauricio Larriera está tratando de manejar las tareas para poder arribar a esa instancia con todos los valores a disposición.

Según trascendió desde el predio de práctica que utiliza el elenco leproso, la idea en estos primeros entrenamientos de la semana rojinegra fue realizar trabajos sin demasiada exigencia, para no correr ningún tipo de riesgo pensando en el relevante pleito con el ciclón.

Hasta el momento, tanto Ever Banega como Franco Díaz estarían en condiciones de poder ser utilizados en el próximo compromiso. Las siguientes prácticas serán cruciales para saber si ambos podrían retornar a la alineación inicial.