La repitencia de desastres ecológicos provocados en el río Paraná no dejan de sorprender.
El código penal argentino sancionado en 1921, no tuvo incumbencia en lo ambiental sino hasta hace pocos años, aunque no existe todavía una legislación especifica
Hay que recordar que cualquier tipo estrago sobre la naturaleza configura un delito penal con penas de cárcel o multas según lo establece la ley 25.675, nada sorprende al buscar jurisprudencia que estos delitos se “arreglan” con multas o “probation”
Hace pocos días el derrame de azufre en el muelle de la empresa Nouryon, perteneciente al grupo Vicentin, reveló otra vez que el Estado actúa casi siempre sobre el hecho consumado, antes de hacerlo sobre la prevención y el control.
Hasta hoy, una semana después del hecho, no se puede establecer la cantidad de azufre derramado por el buque en el muelle.
Lo mismo ocurre con los incendios en las islas, provocados casi en su totalidad por la acción humana y sofocados luego de aniquilar todo lo que encuentra a su paso.
La prevención y el control efectivo del Estado en todos sus estamentos brilla por su ausencia, se actúa después sobre el hecho consumado, sobre el daño ambiental efectivo.
Cualquier multa o sanción posterior, así sea penal no tiene posibilidad de remediar el desastre causado.
El rio Paraná, en su inmensidad, es en términos comerciales una “larga autopista” fluvial por la que transitan no solo productos argentinos derivados de la actividad agro industrial, sino también por el sistema de barcazas o “trenes de agua”, todo tipo de mercaderías provenientes de Paraguay u otros países vecinos.
La contaminación que vemos a simple vista no se denuncia, es solo una parte del daño permanente y sistemático que sufre el ecosistema del Paraná.
Plásticos, hidrocarburos, pesticidas, desechos industriales, son vertidos en forma permanente sin un control efectivo por parte de las provincias involucradas y el Estado Nacional, reunidos en el COFEMA (Consejo Federal de Medio Ambiente) que sirve para poco o nada, un gran líder político argentino supo decir algo como “si querés que algo no, ocurra arma una comisión”.
En los últimos años el foco central de las fuerzas de seguridad y el Estado, ha sido puesto en el control del narcotráfico, en menor medida el contrabando y el resto casi nada por no decir nada.
Causar un daño ambiental requiere a veces un minuto, pero su mitigación o equilibrio para del propio ecosistema puede llevar años o siglos, es el momento de actuar con seriedad mirando el futuro pensando en la actualidad y las futuras generaciones. Debajo de las marrones aguas de nuestros ríos, esta gran parte de nuestra subsistencia y los recursos para nuestro futuro.