EL ULTIMO DIA DEL FUERTE SANCTI SPIRITUS.
Prof. Ricardo N. González
“La primavera venía camino de Sancti Spìritus. La vegetación, castigada más por el ciclo natural del invierno que por las suaves heladas de junio y julio, comenzaba a reverdecer y ese cambio generó en los conquistadores un contagioso optimismo. No creían en los duendes de los malos presagios, y si escuchaban algún grito venido de las arboledas y de los pajonales lo atribuían a los animales en celo o a las aves nocturnas. No querían pensar que podían ser mensajes emitidos por los indios simulando el lenguaje de las bestias y de los pájaros. Ni pensaban tampoco que los naturales podían estar allí cerca, al acecho”. (1)
Pero la realidad marcaba otra cosa. Los maltratos recibidos por parte de Sebastián Gaboto, primero, y luego por los nuevos expedicionarios llegados con García de Moguer, tensaron aún más las relaciones, como se desprende de las actuaciones judiciales realizadas en España a su regreso. Así llegamos al fatídico 10 de setiembre de 1529 con Sebastián Gaboto y Diego García de Moguer en San Salvador preparando una nueva exploración hacia el alto Paraná con un número importante de soldados, habiendo dejado el fuerte Sancti Spíritus al mando del Capitán Gregorio Caro con unos pocos hombres, en medio de un clima enrarecido respecto a las vinculaciones con las tribus de la zona. Y sucedió lo que se venía gestando pero que los españoles del real nunca quisieron ver o creer: el ataque y destrucción del fuerte, con un alto grado de violencia que dio cuenta de la vida de más de 20 españoles.
Sobre éste episodio se construyó la leyenda de LUCIA MIRANDA y quien primero da cuenta de ello fue el cronista paraguayo Ruy Díaz de Guzmán allá por el año 1610. Un intento novelesco, a 80 años de la tragedia, por explicar el levantamiento del primer grito de rebelión de los pueblos originarios de la región del Coronda y Carcarañà contra los españoles. Imaginemos la escena final del otrora primer poblado español que intentó ser permanente, y no solo un real, en tierras del río de la plata, siguiendo la pluma de Soler:
“El sol ya estaba alto en Sancti Spíritus. El campo que había servido de asiento a la población cristiana mostraba una aspecto de desolación. Los ranchos de la aldea quedaron reducidos a cenizas, junto con su contenido de muebles rústicos, de objetos y ropas. Quedaron enhiestas las torres de los baluartes, vigías mudos en adelante, chamuscadas sus partes de madera y sostenidas por un revestimiento de adobe… Así fue el último día de vida del Fuerte Sancti Spíritus, acontecido a los 823 días de su vigencia como población palpitante”.(3)
En ésta recreación histórica debemos tener presente que el pasado siempre proporciona a una comunidad una parte de su identidad. Una comunidad se define, por sus orígenes, por su historia, por su evolución, por determinados acontecimientos memorables. Y como dice la canción de León Gieco “todo está guardado en la memoria”. Aquí tratamos de aportar a la Memoria Colectiva del pueblo de Puerto Gaboto, memoria que no debe coincidir necesariamente con la historia de los historiadores, aún cuando se inspire en ella, sino que debe simplificar, resumir, sintetizar y mistificar el pasado para sacar de él símbolos que nos permitan reunirnos bajo un discurso inclusivo como un verdadero agente de solidaridad social. Esa memoria colectiva es la que debe aportar los recuerdos de un pueblo porque esos recuerdos evocan símbolos cargados de afectividad comunitaria, y son la fuente de la comunión como pueblo, de las explicaciones sobre la situación presente y otorgan lecciones para el futuro, contribuyendo a la solidaridad, a la participación comprometida y a la orientación individual y colectiva de todos. Esta es la finalidad de esta historia en CAMINO a su V CENTENARIO. Sancti Spíritus ha sido un primer punto de referencia para la historia de Puerto Gaboto, sin dudas el que más ha trascendido en las crónicas, pero después de casi 500 años de vigencia sabemos que hay mucha HISTORIA más allá del fuerte de Gaboto.
Referencias:
(1) Soler Amadeo: Los 823 días del Fuerte Sancti Spíritus.
(2) Díaz de Guzmán Ruy: Anales del Descubrimiento, Población y Conquista del Río de la Plata, Capítulo VII.
(3) Soler Amadeo: Ibidem