El cruce puede realizarse por diferentes pasos, pero ambos lo hicieron por el Valle de los Patos al igual que San Martín durante la liberación de América.
Agustín Pérez y Valentín Rolla cruzaron Los Andes con tan solo 13 años, una experiencia que además de inolvidable les permitió revivir de alguna manera la historia argentina. Quién hubiese dicho que, en un mundo repleto de pantallas, dos chicos elegirían pisar ese mismo suelo que hace 207 años lo transitaron el general José de San Martín y su ejército en búsqueda de la liberación de América.
Es que si bien el cruce puede realizarse por diferentes pasos, los adolescentes hicieron por el Valle de los Patos, al igual que San Martín durante una de las campañas militares más importantes de la historia de la humanidad.
Agustín y Valentín son de Pueblo Andino, una comuna ubicada a unos 40 kilómetros de Rosario. El abuelo de uno de ellos fue quien los incentivó, ya que emprendió ese mismo cruce hace mucho tiempo. Ariel Pérez tiene 61 años y primero llevó a su hijo Nahuel a la cordillera. Esta vez, quien se bautizó en el cruce fue su nieto Agustín, que se copó con la idea y además invitó a su mejor amigo, Valentín. Ahora son tres generaciones de excursionistas.
Entre fascinación y asombro, los chicos pasaron 8 días rodeados de montañas rocosas y algún que otro pico nevado. Se sumaron a los típicos fogones que, con guitarreo y canto, encantaron las noches. Esas noches que les permitieron conocer un cielo completamente estrellado. Días donde vieron el universo de otra manera. “Hay estrellas fugaces cada 15 segundos, los chicos se ponían a ver el cielo y no lo podían creer”, contó Pérez.
San Martín comenzó a planificar la expedición libertadora de Argentina, Chile y Perú después de sus experiencia con el Ejército del Norte y sus reuniones con Belgrano y Güemes. Ahí, el general ideó una campaña independentista que llegó a escala continental. El objetivo más difícil era cruzar la cordillera de los Andes, para así liberar Chile y después avanzar hacia Perú.
En ese entonces, el general organizó junto a sus colaboradores que el ejército se dividiría en seis columnas a lo largo de más de mil kilómetros de ancho entre La Rioja y el sur de Mendoza. Estos grupos militares deberían ingresar a Chile por seis diferentes pasos (Uspallata, Los Patos, Guana, Comecaballos, Planchón y El Portillo) a través de la cordillera, con el objetivo de llegar de manera sincronizada a un punto en común para organizar la ofensiva y tomar la ciudad de Santiago.
La columna principal, que estaba compuesta por Miguel Estanislao Soler en la vanguardia, Bernardo O’Higgins en el centro y José de San Martín en la retaguardia, cruzó por el paso de Los Patos, el más difícil. Ese mismo camino tomaron Agustín y Valentín junto a un grupo de excursionistas.
El abuelo de Agustín, que es el más experimentado, relató: “Este cruce es muy complicado, más largo y más alto (4.800 metros sobre nivel del mar). Es un lugar agreste. Son 55 horas arriba de la mula. Días extremadamente largos, con un cansancio que se va acumulando, te lleva bastante al límite. No hay refugios ni nada, solo haces un campamento. Estás días sin bañarte, algo a lo que los chicos no están acostumbrados, todo era difícil”.
Durante el viaje, Agustín y Valentín arrancaban el día bien temprano, a eso de las 5.30 de la mañana. Se sumaban a tomar mates y charlar con los arrieros. Al pasar los días, se interesaban cada vez más en esa comunidad, se interiorizaban en esa realidad tan distinta a la suya, a la de todos los días en Pueblo Andino.
“En muchos momentos de viaje era juego, en otros miedo o asombro. Están acostumbrados a la tecnología y a estar con el celular. Pasar ocho días sin eso es extraño. Hay una mezcla de sentimientos que fueron atravesando durante todo el cruce”, reflexionó Pérez.
Y continuó: “También se da una cuestión patriótica que le aflora a la gente. Eso les pasó a ellos. Nadie se imagina que va a estar todo el día cantando marchas patrióticas”.
Ambos adolescentes que el año pasado terminaron séptimo grado de la escuela primaria, volvieron de esta inimaginable experiencia pidiéndole a sus padres volver a repetirla. Resulta que quieren cruzar nuevamente la próxima expedición que tiene lugar este 20 de febrero. El cruce de Los Andes los deslumbró tanto, que las pantallas pasaron a otro plano.
Fuente: Diario La Capital