Las crónicas policiales de la región se encuentran cada vez más marcadas por el robo de alimentos tanto en quioscos como supermercados y hasta en viviendas.
A veces botellas de alcohol, pero otras veces atún, fideos, carnes, aceites, gaseosas. Comida, elementos cuyos aumentos en lo que va de este 2024 marcaron un salto que estuvo lejos de coincidir con cualquier incremento salarial o ayuda del Estado.
Este miércoles, en una distribuidora de alimentos de la ciudad de Puerto San Martín, una joven de 18 años de edad fue detenida por parte de la empleada del comercio, tras intentar robar elementos de primera necesidad.
Según la información policial, la empleada informó al personal policial que una joven intentó robar productos metiéndolos dentro de un bolso para luego intentar escaparse sin pagarlos.
Entre lo secuestrado se encontraban pastas secas, botellas de shampoo, mate cocido, azúcar, papel higiénico, toallitas femeninas. Y pañales.
La joven, oriunda de la ciudad de San Lorenzo, quedó detenida por intento de hurto.
Robar es un delito, penado por el Código Penal nacional y de cualquier parte del planeta, con penas más graves y mas laxas dependiendo el punto del planeta que tomemos como referencia.
Pero las necesidades y las carencias sí son universales. Y cabe la pregunta de por qué cada vez se repiten más hechos de este tipo en la región que exporta millones de dólares día a día.