Este martes por la noche, la quinta de Olivos recibirá con un asado completo a los 87 diputados y diputadas que votaron a favor del veto presidencial a la reforma jubilatoria impulsada por el mismo Congreso de la Nación, pero que el presidente Javier Milei decidió no acatar.
Los diputados, en su mayoría del PRO, otros de la Unión Cívica Radical, y del propio oficialismo, recibieron entre ayer y hoy las invitaciones de la Secretaria de Gobierno, Karina Milei, y una dirección de mail de la Cámara de Diputados para confirmar su asistencia.
El vocero presidencial, otro de los comensales, aseguró que cada diputado deberá abonar un cubierto de $20.000, el cual se cobrará con tarjeta de débito al catering de la noche. Esta respuesta se da contra versiones periodísticas que afirmaban que el costo de la cena rondaría los tres millones de pesos.
El mismo Milei había calificado como “héroes” a los miembros de la cámara baja que decidieron apoyar el veto presidencial a esta medida, aprobada por diputados y senadores, para realizar una reconfiguración de la fórmula de aumentos jubilatorios, la cual está atada ahora a la decisión del Poder Ejecutivo.
Por el momento, no se hizo pública la lista de asistentes al gran asado presidencial, algo que reviste una curiosa novedad en el ámbito político argentino.
Sí resulta sumamente contradictorio que la celebración, en todo caso válida para los resultados políticos obtenidos por un frente o una alianza, sean tras haber resultado positiva la negativa, por los términos y justificaciones que fuesen, a un aumento para los haberes de uno de los sectores de la sociedad que peor la pasa ante las recesiones del país.