El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, y su prevención es crucial, especialmente durante las épocas más cálidas. La principal estrategia para evitar la propagación del dengue es eliminar los criaderos de mosquitos.
Estos insectos depositan sus huevos en cualquier superficie que acumule agua, por lo que se recomienda vaciar y desechar objetos como botellas, macetas y neumáticos, además de tapar recipientes que contengan agua, como tanques o cisternas. Mantener el hogar libre de estos espacios es fundamental para interrumpir el ciclo de vida del mosquito.
Además de estas acciones, es importante usar repelentes para proteger la piel, ya que el Aedes aegypti suele atacar durante las primeras horas de la mañana y al atardecer. Se recomienda utilizar ropa clara y cubrir el cuerpo con prendas de manga larga para reducir la exposición a las picaduras. Mantener las viviendas protegidas con telas mosquiteras en puertas y ventanas, así como utilizar insecticidas adecuados, también es una medida complementaria efectiva para mantener a los mosquitos fuera de las casas.
La colaboración con las campañas de fumigación es vital para el control de la población de mosquitos adultos, pero estas acciones deben complementarse con la eliminación de huevos y larvas en los hogares. La fumigación no elimina los criaderos, por lo que la responsabilidad de la población en este sentido sigue siendo clave.
A su vez, es esencial prestar atención a los síntomas del dengue, que incluyen fiebre alta, dolores musculares, de cabeza y articulaciones, así como erupciones en la piel. Ante estos síntomas, es crucial acudir al médico y evitar la automedicación, ya que ciertos analgésicos pueden complicar el cuadro.