El líder de la barra brava de Rosario Central, Andrés Pillín Bracamonte, fue asesinado este sábado a la salida del Gigante de Arroyito, luego de la caída del canalla frente a San Lorenzo por 1 a 0.
El jefe de “Los Guerreros”, de 52 años de edad, fue acribillado en la zona de bulevar Avellaneda e Ibarlucea, a pocos minutos de la finalización del encuentro.
Según relatos de testigos, Bracamonte fue asesinado por una persona que se acercó hasta la camioneta Chevrolet S10 que lo transportaba a él junto a Daniel Rana Atardo, también alcanzado por los disparos y fallecido en el acto.
“Pillín” fue trasladado hasta el hospital Centenario de Rosario, donde ya llegó con escasos signos vitales y finalmente perdió la vida.
El crimen ocurrió cuando el resto de los simpatizantes se retiraba del estadio, por lo que pudo haberse tratado de una masacre aún mayor.
Sin embargo, este crimen, por las implicancias e influencia que tenía Bracamonte en el club de Rosario, reviste suma gravedad para el mapa criminal de la ciudad.
“El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario. Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero”, sostuvo el diputado provincial Carlos del Frade.
“Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo. Vienen días bravos en la ex ciudad obrera”, agregó.
Las primeras versiones señalan que el crimen ocurrió en el marco de un ajuste de cuentas. Alimenta esta versión que, al momento de ocurrido el crimen, la luminaria de bulevar Avellaneda presentaba serias deficiencias y se encontraban oscuras.