No hizo demasiada falta mirar las agujas del reloj para reconocer que la llegada de la medianoche y consiguiente Navidad estaba al caer, ya que el ambiente sonoro de la región comenzó a congestionarse de ruidos provenientes de explosiones pirotécnicas, algo que está prohibido en la totalidad de municipios que componen el Cordón Industrial.

San Lorenzo fue escenario de al menos 15 minutos ininterrumpidos de estallidos y algunos fuegos artificiales, pero principalmente de estruendos y explosiones, pese a la normativa vigente, la ordenanza 3440/15, que deja terminantemente prohibido tanto la comercialización como el uso de pirotecnia. 

El mismo panorama se replicó en varias jurisdicciones, las que también poseen normativas similares a la hora de delimitar el uso de la pirotecnia. Esto es un llamado de atención para las autoridades, las que se han comprometido a lo largo de los años a validar la prohibición por los motivos explicados en incontables cantidades de oportunidades.

Desde ya que las campañas de prevención y concientización también parecen permear poco la capacidad cognitiva o el capricho de quienes utilizan este tipo de elementos explosivos para ¿celebrar? la llegada de la Navidad y que probablemente tengan en mente hacer lo mismo en la semana próxima, cuando el 2024 quede ya atrás en el calendario y se reciba el nuevo año.

Es una realidad que años atrás, la región no evidenciaba un panorama como tal en cuanto a este tipo de explosiones. Principalmente en Navidad, donde el dinero quizás se dirigía exclusivamente a nutrir el arbolito en la medida de lo posible. 

Pero este 2024 se mostró un claro retroceso en el cumplimiento de una normativa que tiene un valor mucho más profundo que ser desde preventivo para evitar accidentes domésticos, hasta la salud de los niños y personas que padecen sensibilidad auditiva, y ni hablar de los animales, que después terminan siendo buscados con anuncios en todas las redes sociales.

Será un llamado de atención para que, en este fin de año, las fiestas sean tales y todos puedan celebrar como se merecen.