Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, la aparición de alacranes en patios y espacios húmedos se convierte en una preocupación, principalmente por la posibilidad que afecte a los más chicos.
El alacrán es un pequeño arácnido, conocido por su aspecto intimidante y su picadura que en algunos tipos puede ser potencialmente peligrosa. Ellos buscan refugio en ambientes cálidos y húmedos, lo que los hace más visibles en esta época del año. En este contexto, es fundamental conocer cómo actuar y prevenir su presencia en los hogares.
En primer lugar, resulta esencial mantener una adecuada higiene en las viviendas. Los alacranes tienden a ocultarse en lugares oscuros y con acumulación de objetos, como depósitos, sótanos o grietas en paredes y pisos. Se recomienda sellar fisuras y mantener los espacios libres de desorden para reducir el riesgo de que ingresen al hogar y se resguarden allí.
Además, se recomienda inspeccionar y sacudir la ropa, el calzado y las sábanas antes de utilizarlos, ya que también suelen buscar refugio en ellos.
En caso de encontrar un alacrán, lo más importante es evitar el contacto directo. Si es posible, capturarlo con cuidado utilizando un frasco o recipiente, asegurándose de mantener una distancia segura.
Ante una picadura, es importante no desesperarse pero sí actuar con rapidez. Se debe acudir de inmediato al centro de salud más cercano para recibir atención médica, llevando al alacrán capturado si es posible, ya que esto facilita la identificación de la especie y la elección del tratamiento adecuado. No se aconseja aplicar remedios caseros ni intentar extraer el veneno, ya que estas prácticas pueden agravar la situación.