(Foto: La Capital)
Los taxistas rosarinos ven cómo poco a poco su actividad laboral comienza a decaer. Los costos suben, los viajes son cada vez menos y por ende, los ingresos se desploman. Su trabajo encontró competencia con la llegada e instauración de las aplicaciones de viajes como Uber y Didi, por eso reclaman un mejor marco normativo, el que se ha intentado efectivizar de diferentes maneras en el Concejo Municipal.
Ahora, el reclamo escaló mucho más alto y de forma más violenta, con cortes parciales sobre calle Córdoba y Castellanos y más tarde sobre Cafferata y Santa Fe y con ataques a presuntos choferes de aplicaciones que funcionan como “falsos remises”.
El reclamo requirió actuación policial y hubo momentos de suma tensión en las inmediaciones de la Terminal de Ómnibus Mariano Moreno, uno de los puntos de concentración de cientos de taxistas.
Allí la consigna fue clara: evitar que los choferes de aplicaciones paren a trasladar pasajeros, porque los taxistas ya reconocen que quienes arriban a la ciudad no esperan más por vehículos en las paradas habilitadas y lo hacen en las inmediaciones con el servicio privado.
Una chofer de taxi dijo a LT8 que los choferes se van “quedando sin laburo” y que “no trabajamos ni los fines de semana”.
Las aplicaciones ofrecen hoy una tarifa diferencial a la de los taxis, muchas veces al mismo valor o inclusive superior al de un taxi tradicional, aunque en los casos que no son inferiores la diferencia es notoria.
“Solamente trabajan las apps ilegales. no tenemos respuestas del Ejecutivo. Les dimos todos los medios para que ataquen a las apps ilegales y no lo hacen. Esto no da para más, nos estamos fundiendo”, dijo otro conductor.
En la ciudad de San Lorenzo ocurre una crisis similar aunque mayormente asimilada por los choferes y dueños de taxis, que directamente se postulan como conductores en las aplicaciones.