Este miércoles 20 de marzo, exactamente a las 6:01, comenzó a desarrollarse el equinoccio de otoño, marcando oficialmente el fin del verano y el inicio del otoño en el hemisferio sur.
Este fenómeno astronómico, que ocurre cuando el Sol se posiciona directamente sobre el ecuador terrestre, genera un equilibrio casi perfecto entre las horas de luz y oscuridad en todo el planeta, por lo que el día y la noche durarían exactamente lo mismo.
Ya a partir de este jueves y con la llegada de la estación previa al invierno, los días comenzarán a acortarse progresivamente, mientras que las noches se irán alargando. Este cambio es resultado de la inclinación del eje terrestre y su órbita alrededor del Sol, lo que provoca variaciones en la cantidad de luz solar que recibe cada hemisferio a lo largo del año.
El otoño es una estación de transición, caracterizada por temperaturas más templadas y la caída de las hojas en muchas especies de árboles caducifolios.
En términos culturales, el equinoccio de otoño ha sido un momento de especial significado para diversas civilizaciones como los mayas y los incas, que lo consideraban un evento sagrado, ligado a los ciclos de la naturaleza y la cosecha.